Tratamiento para el pie diabético
En personas que sufren de diabetes es enormemente frecuente la aparición y la recurrencia de úlceras de pie diabético.
El tratamiento de la ulceración en el pie de los pacientes diabéticos debe orientarse inicialmente contra su causa, concretamente contra la presión. El alivio de la presión plantar puede conseguirse con el reposo en cama y evitando apoyar en lo posible el pie.
Además del alivio de la presión, la ulcera debe desbridarse con regularidad, con la eliminación de todo el callo y del tejido no viable formado alrededor de la ulcera. Esto facilita la formación de una herida con tejido de granulación sano que cura a partir de la base y no meramente a partir de los bordes.
Una herida se repara como resultado de una orquestación de respuestas celulares y bioquímicas altamente integradas a una lesión.
El principal objetivo del tratamiento de las úlceras en el pie es lograr la cicatrización tan pronto como sea posible. Cuanto más rápida sea la cicatrización, menor será la probabilidad de infección.
No todas las úlceras se infectan; sin embargo si su podólogo le diagnostica una infección, será necesario un programa de tratamiento con antibióticos, el cuidado de la herida y probablemente la hospitalización.
Para una cicatrización óptima, se debe quitar la presión de las úlceras, en particular las de las plantas de los pies. Se debe pedir a los pacientes que usen calzado especial, un aparato ortopédico, escayolas especializadas, una silla de ruedas o muletas. Estos dispositivos reducirán la presión y la irritación en la zona de la úlcera, acelerando el proceso de cicatrización.
El tratamiento adecuado de las heridas comprende el uso de apósitos y la aplicación tópica de medicamentos. Estos medicamentos abarcan desde la solución salina hasta productos de punta como factores de crecimiento, apósitos para úlceras y sustitutos de la piel, que han probado ser muy eficaces en la cicatrización de úlceras.
Existen varios factores clave en el tratamiento adecuado de una úlcera del pie diabético tales como:
- Evitar la infección.
- Quitar presión a la zona.
- Retirar piel y tejido de los dedos, lo que se conoce como “desbridamiento”.
- Colocar medicamentos o apósitos a la úlcera.
- Controlar la glucemia (concentración sanguínea de glucosa) y otros problemas de salud.
Para que una herida cicatrice debe haber una circulación sanguínea adecuada en la zona ulcerada. El podólogo puede determinar el nivel de circulación con pruebas no invasivas.
Además el control de los factores de riesgo es fundamental para la mejoría del paciente (el control de los niveles de insulina, el abandono del tabaco, el control de niveles de colesterol y triglicéridos). El educar a la persona sobre su enfermedad y hacerles comprender el riesgo que corren si no mantienen un control de la diabetes, visitas a dietista para hacerles un plan nutricional, al endocrinólogo para manejar sus niveles de insulina, visitas rutinarias al podólogo. La aplicación de calzado y tratamientos ortopodológicos se usan para reducir presiones en el pie y aliviar la deambulación del diabético.
Desarrollar un programa de ejercicio basado en caminatas para mejorar la tolerancia del paciente a la deambulación y para mejorar la distribución sanguínea de la extremidad permitiendo a los pacientes con insuficiencia arterial continuar siendo activos.
Para prevenir las lesiones en los pies, los diabéticos deben adoptar una rutina diaria de revisión y cuidado de los pies, de la siguiente manera:
- Revisarse los pies cada día e informar de cualquier úlcera, cambio o signo de infección.
- Lavarse los pies todos los días con agua tibia y un jabón suave y luego secarlos muy bien.
- Suavizar la piel seca con una loción o con vaselina.
- Protegerse los pies con zapatos cómodos, que no sean ajustados.
- Ejercitarse a diario para promover una buena circulación.
- Visitar a un podólogo para que identifique problemas en los pies o para que extirpe callos o protuberancias en los mismos.
- Dejar de fumar, pues el consumo de tabaco empeora el flujo de sangre a los pies.
El control estricto de la glucemia es de suma importancia durante el tratamiento de una úlcera del pie diabético. Trabajar junto con un médico de medicina general o un endocrinólogo para poder favorecer la cicatrización y reducir el riesgo de que surjan complicaciones.
La mayoría de las úlceras de pie no infectadas no se tratan quirúrgicamente; no obstante, cuando los tratamientos fallan, la cirugía puede resultar adecuada. Entre los ejemplos de atención quirúrgica para quitar presión a la zona afectada se incluyen el raspado o extirpación de hueso(s) y la corrección de diversas deformaciones, como dedos en martillo, juanetes, o “protuberancias” óseas.
El tiempo de cicatrización depende de una serie de factores, como el tamaño y la ubicación de la herida, la presión ejercida sobre ésta al caminar o estar de pie, la inflamación, la circulación, la glucemia, el cuidado de la herida y lo que se le está aplicando. La cicatrización se puede producir en semanas o necesitar de varios meses.
Lla mejor manera de tratar una úlcera del pie diabético es evitar que se forme. Una de las recomendaciones es consultar a un podólogo periódicamente. El podólogo podrá determinar si usted tiene un riesgo alto de aparición de una úlcera en el pie y plantear estrategias preventivas.
En la fase aguda, el tratamiento incluye reposo con la extremidad en alto, buen control glucémico y metabolico, medicamentos para aliviar el dolor y antibioticos segun senbilidad de los organismos causantes. La clave del control glucémico sera el uso de insulina.
El pie de Charcot se trata con la aplicación de una bota de contacto (air cast en ingles). En las fases iniciales se hace con yeso y luego con aparatos ortopédicos, fabricados a medida para evitar presión y redistribuir la carga minimizando el peso sobre el area lesionada.
En la fase crónica, cuando las ulceras o lesiones abiertas han cicatrizado, lo mas importantes es prevenir las recurrencias, observando todas las indicaciones y enfatizando el cuidado del calzado, evitando puntos de apoyo excesivo en las áreas previamente lastimadas y minimizando los riesgos de lesionarse.
El pie diabético es una dolencia que afecta a miles de personas en todo el mundo. Hasta el momento, como ocurre con la diabetes, no tiene solución definitiva, aunque si pueden minimizarse los riesgos de sufrir la enfermedad.
El mejor tratamiento es el preventivo, es decir, es muy importante que los pacientes que sufren de diabetes mellitus, sigan al pie de la letra las recomendaciones de su médico, tanto en lo que se refiere a la alimentación, como a los medicamentos indicados.